El 1 de octubre comenzamos a transformar un terreno lleno de escombros y maleza en un espacio de esperanza. Iniciamos la limpieza y preparación del lugar donde pronto construiremos una clínica, talleres y un gimnasio de rehabilitación. Será un sitio digno y seguro para que las personas migrantes y la comunidad reciban atención, apoyo y nuevas oportunidades.

Cada piedra retirada nos acerca a ese sueño que requiere del esfuerzo y la solidaridad de todos. 

 

12 de noviembre dimos un paso decisivo: colocamos la primera piedra de este gran proyecto. Este momento marcó el inicio de una construcción que representa mucho más que un edificio: simboliza la unión, el compromiso y la esperanza compartida de crear un espacio de vida, salud, dignidad y aprendizaje para todos.

 

Tu donación no solo es un aporte económico, es una semilla de esperanza para quienes más lo necesitan. Juntos podemos hacer realidad este lugar de encuentro y servicio para la comunidad.

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